Especial
La papa andina: un cultivo ancestral que no debemos perder
El Grupo de Investigación y Desarrollo en Alimentos del NOA trabaja en el estudio de las distintas variedades de papas andinas y en la puesta en valor de este cultivo para potenciar y diversificar su producción.
Las papas andinas (Solanum tuberosum ssp andigena) son originarias de América del Sur. Perú y Bolivia contienen la mayor biodiversidad genética de este cultivo, por lo que estos países son considerados el centro de origen y domesticación de estas especies. La papa andina también se encuentra en el norte de Argentina, Ecuador, Colombia y el sur de Venezuela. La zona geográfica de origen de la papa andina en Argentina se limita a la Quebrada de Humahuaca, Puna y valles altos de las provincias de Jujuy y Salta. Estos ambientes se caracterizan por cambios abruptos en los patrones de altitud y precipitación. Estos tubérculos representan un recurso genético valioso ya que los agricultores andinos han seleccionado históricamente aquellas variedades con características nutricionales adecuadas y resistentes a enfermedades y plagas. A pesar de que existe una alta diversidad, se cultivan pocas variedades y existe el riesgo de que muchas de ellas se extingan.
La papa aporta energía debido a su alto contenido en hidratos de carbono; además, contiene minerales, fibra, proteínas y compuestos antioxidantes como polifenoles y carotenoides, vitaminas E y C, que contribuyen a la nutrición y bienestar de los consumidores. Estas propiedades a menudo son subestimadas o ignoradas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló que, si se hiciera sistemáticamente el análisis de la diversidad de nutrientes en las diferentes especies alimentarias e intraespecies y se difundieran estos datos, se fortalecerían los sistemas nacionales de información sobre la alimentación y la agricultura, lo que podría ser útil para sentar las bases para el establecimiento de prioridades y políticas nacionales.
En el grupo de investigación GIDANO, la Dra. Calliope trabajó con 44 genotipos de papas andinas, conservadas por el Banco de Germoplasma del INTA Balcarce. Se replicó en campos experimentales en Jujuy, y en ellos se realizó la caracterización morfológica y nutricional de los tubérculos. Por otro lado, actualmente, la Dra. Beaufort continúa trabajando con 3 genotipos en la biofortificacion con calcio.
La caracterización morfológica es una fuente de información que servirá para identificar genotipos en bancos de germoplasma. Además, servirá para determinar las mejores variables cualitativas para discriminar una colección de papas andinas, identificando el color primario y secundario de la piel y el color secundario de la pulpa del tubérculo. Asimismo, esta caracterización permite la identificación de "germoplasma élite" para ser utilizados como progenitores en futuros programas de mejoramiento.
Las papas tienen una gran diversidad de compuestos fenólicos. La cantidad y calidad presentes en el tubérculo dependen de sus características genotípicas y pueden verse afectadas por factores climáticos y de manejo agrícola. Es por ello, que debemos cuidar la biodiversidad genética, perderla no solo puede resultar en alimentos con menor contenido de compuestos funcionales, sino que también puede inducir la pérdida de conocimiento referido a las vías biosintéticas de los tubérculos.
Un mayor conocimiento de las propiedades nutricionales y funcionales de las diferentes variedades de papa andina contribuirá a la preservación de la biodiversidad, que forma parte del patrimonio regional argentino y permitirá reintroducir estos alimentos saludables en la dieta de la población. El objetivo es contribuir a la conservación de la biodiversidad de la papa andina mediante la generación de información sobre las características morfológicas, nutricionales y funcionales de diferentes genotipos con el fin de incrementar su producción y aplicación en la industria alimentaria y nutricional.
Grupo de Investigación y Desarrollo en Alimentos del NOA